Valladolid, a 13 de enero de 2012

                                                                                                               
Pequeña Libertad,

Hoy ha bajado la temperatura y ya combinan a bajo cero mi cuenta y los termómetros. La ciudad está fría y silenciosa, como los días en que esquivábamos a la gente y nos besábamos escondidos en los portales. Puede leerse en los rostros la frustración de futuros cortados de raíz, de presentes turbios y entrevistas de trabajo. Me llegan noticias de mi hermana, que me cuenta que ya no cotizan las quimeras en bolsa, y los sueños han dejado de ser tema de conversación en el café.

Mi padre sigue como siempre. Quizá más flaco y con alguna cana cubriendo sus preocupaciones. A veces le veo en la cocina, a altas horas de la noche, saboreando el café frío del desayuno. En ocasiones me siento en silencio y espero, inútilmente, que lleguen sus lamentos. Pero ya no se queja como antes. Ahora sólo cuenta las facturas una y otra vez, buscando algún céntimo entre los recovecos del sofá. Otras veces le observo desde lejos. Tengo miedo de acercarme y ver la derrota en aquel hombre, la humillación de un sistema injusto que empuja al olvido años de trabajo.

Eres una luchadora, así que no dudo de que sobrevivirás, como yo, a este frío que no entiende de estufas. Y que si tienes un rato te acuerdes de mi. De mis besos a hurtadillas; de las llamadas a media noche cuando toda la ciudad dormía. Me gustaría verte, aunque sé que por muy cerca que estés de mi, siempre será demasiado lejos.

Ayer hablé con tus padres; me invitaron a pastas y mate y me preguntaron por esos escritos que juré publicar alguna vez. Esperan verte pronto, y yo, sólo espero que estés bien.


Cuídate mucho,

Guille.

4 comentarios:

Lucina dijo...

Jamás podrán suplantar la magia de una carta escrita a mano, sentir el aroma a tinta, quizás un rastro de perfume de aquella persona.
Descifrar el danzar de su mano mientras escribía...
No, la maldita vorágine cotidiana no podrá con ellas.

Un beso

Vértigo dijo...

como siempre.. encantada de leerte...

Tropiezos y trapecios dijo...

La verdad que últimamente parece hacer mucho más frío... Serán cosas del sistema que oprime y ata...

Aunque entre tanto frío, siempre se puede encontrar un poco de calidez, en unas palabras bonitas, en una carta, en un email de alguien que hace tiempo que no te escribe...

Yo la encontré leyéndote hoy.

Un abrazo

Oski.

mikaela dijo...

y yo... yo sólo espero que los dos: Guille y Libertad, estéis bien.