Paraísos


Mi paraíso no es distinto a otros muchos
construido entre caricias que Eva me da por las mañanas
y besos que crecen en árboles nocturnos que dan frutas
que nunca estuvieron prohibidas.

Sin embargo, hay otros muchos paraísos,
que se visten y disfrazan a imagen y semejanza
de dioses que nunca pidieron permiso.

En el piso de abajo se construye un paraíso de rutina
y fines de semana. Y canciones de jazz con desayuno.
E incluso a veces oigo decir entre susurros
que su paraíso es perfecto a pesar de todo.

Dos pisos más abajo se encuentra un solitario
que disfraza su paraíso con una vieja radio,
y ordena el correo de todo el edificio
para que nadie confunda paraísos.

Un viejo en el primero se alimenta,
del rumor de tardes de domingo y de costumbres
que amurallaron los contornos de su edén.
Para que Caín no llame por error en vacaciones.

Y en el portal de todos los edenes,
convergemos como querubines al poniente de los días,
espada ardiente en mano y bocadillo en la mochila.

Los días habrán cambiado desde que Dios deshaució por impago
a dos inquilinos -para inri- embarazados.
Pero la vida sigue echándome cada día de mi paraíso,
y yo vuelvo a tus labios cada noche.

3 comentarios:

Laura dijo...

Otro tiempo publicó tu poema en homenaje al Día Internacional de la Poesía. Qué te parece?

Muy hermosa.

Un saludo.

Historias entre Fogones dijo...

¡Qué bonito! no solo expresarte así, sino sentir de esta manera y crear tu paraíso,tan importante, tan exclusivo. Cuídalo como un jardín único, singular,como tú y tus palabras.
Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

y tu blog es otro de esos paraísos de los que hablas...
cuándo es de madrugada y vos hace ya 43 minutos que has despertado...

mejor, no duermas, escribí :D

No, si lo mio es la empatía jajjaja

hermosos versos, de verdad