Expertos de la mentira
De huelgas y soluciones
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Os dejo el enlace a un gran artículo publicado en El País, el día 26/09/2010 , escrito por Alain Touraine, sociólogo francés, titulado "La crisis dentro de la crisis", aclaratorio sobre la situación que vivimos hoy día.
Una generación en la mochila
Que eras especial y uno de los pocos que quedaban luchando en la trinchera lo sabíamos unos pocos, aquellos que te veíamos como los que eras, un político comprometido, un hombre del pueblo y uno más de los muchos que anónimos -aunque tu nombre siempre será recordado- que vivieron con la lucha diaria de la ignorancia y el pacto de silencio que parece reinar en esta triste y envidiosa España.
Habrá quien tache tu lucha de anacrónica, quien piense que contigo mueren los motivos, los ideales, y sobre todo se disuelve el ejército de los que luchan por un mundo mejor. Otro mundo es posible.
Lamento no haberte conocido, haber compartido en tus libros todo el conocimiento que tenías para dar, y que sin duda dejaste como legado para una lucha siempre necesaria, y que algún día dará sus frutos.
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Os dejo el enlace a la entrada publicada por Rodolfo Serrano, en un maravilloso artículo escrito para El País el 16/10/1999, titulado "El señor diputado actúa en Madrid" donde se reflaja la personalidad de "El Abuelo".
Cuando muera el mundo buscaré tus ojos
Me siento vació y me pregunto, en silencio, si quedan otras formas de salvarme que no sean estas letras que desgarradas me reconfortan. Y tus labios, siempre calman mis heridas más profundas, siempre encuentro un motivo nuevo para poder agarrarme a los últimos restos del naufragio.
El mundo sigue su curso, y seguirá en el mismo lugar siempre, y sus habitantes se volverán más oscuros a medida que nos vayamos hundiendo. Y se construirán otras ruinas sobre las ruinas de las anteriores, y las tristezas dolerán como siempre dolieron, en los mismos lugares.
Y sangrarán las mismas heridas. Y nos preguntaremos si valió la pena curarlas, lucharlas como lo hicimos, con la certeza de salvarnos a medias, mientras el mundo se movía a otras velocidades y nosotros, cercanos a perderlo todo, nos mantenemos contra todo pronóstico.
Será por eso que, cuando muera el mundo buscaré tus ojos, y me recordaré los días en que fuimos felices y sonreiré mientras te beso, con paciencia.
Sin rogar a oscuras que no pasen las horas
sin normas.
Sin aeropuertos desde los que partir
o en los que aterrizar.
Sin órdenes malentendidas o contradictorias,
ni cinturones que nos aten
cuando entre nuestro cuerpos
se aproximan turbulencias.
Sin billetes presellados ni arcos detectores
de fallos.
Sin prever el equipaje ni volar
más allá de destinos pequeños y soñados.
Sin necesidad de decir adiós antes de hora.
Sin aterrizajes forzosos que hagan
de los restos de este fuselaje
que nos envuelve en tu cama.
Algo tan nimio y tan enredado
que tengamos que buscar la caja negra
entre las ruinas de las sonrisas del pasado.
Si sólo una noche volases a mi lado...