#11
¿Por
qué será que siempre acabo encontrando
el
final de mis versos en tus labios?
#12
Andabas
con las puntas de los pies,
se
rompía el alma y tu llorabas.
Era
fácil encontrar el mundo entre
tus
piernas, pero imposible
acostarse
a tu lado y ser feliz.
#13
Lo
triste es que éramos dos extraños
queriéndonos
como nunca,
jugando
a destrozar a pedradas la soledad,
predispuestos
a olvidarnos como siempre.