se desataban con una simple gota.
Quizá por eso le preguntó despacio
por sus miedos,
y ella sonrió con la infinita ternura
de los mejores besos.
No le fue fácil adaptar sus silencios
a su risa,
ni dominar sus horas solitarias entre
libros,
a las miles de palabras por minuto que
escapaban
de aquellos labios infinitamente rojos.
Ambos sabían de historias que terminan
en fracaso,
de platos rotos y lágrimas saladas. Y
sin embargo,
decidieron concederse una tregua y ser,
la excepción a todos los amores
complicados.
Amaron siempre con mesura y se
abrigaron
contra el frío que levantan los
finales.
Construyeron un hogar sencillo y
eterno,
que acabó, felizmente, tras sesenta
años de abrazos.
9 comentarios:
JODER, es más que precioso.
JODER, es más que precioso.
JODER, es más que precioso.
Ese Luisín bueno en estado puro :-)
Muy emotivo. Me encantan los poemas que cuentan historias. ¿Quién no querría un final así?
Un abrazo
Y como muchas veces me pasa contigo mis ojos se vuelven vidriosos y tengo que contener lágrimas... Quien sabe si mis labios rojos vivirán un amor así...
Si el amor puede definirse con palabras, este poema sin duda es su definición.
Un abrazo grande artista!
Increible! me encanta!!
Eso busco yo, alguien con quien "construir un hogar sencillo y eterno,
que acabe, felizmente, tras sesenta años de abrazos."
Felicidades Ladrón :)
Una lluvia de estrellas con sesenta años de abrazos...
Me ha encantado.
últimamente conecto (o no consigo hacerlo) mucho más con el contenido de las manifestaciones artísticas que con la forma. Demasiado artificio por lo general... Enhorabuena por esta visión del amor, por la ternura y el grado de profundidad con que lo concibes. Eso, en sí mismo, ya es poesía.
Publicar un comentario