Cuando te conocí apenas era capaz de
juntar dos sentimientos,
de mirar entre los pliegues de los días
inciertos.
Sin embargo aprendí tu nombre al darte
el primer beso,
cuando tu risa empapó el Retiro y
salvó el otoño,
y yo me refugié en tus manos sin pedir
permiso.
Descubrí tu miedo a la oscuridad, al
compromiso,
la necesidad de darlo todo en cada
instante,
Me contaste que tu pasado acababa en
otoño,
que todos se marchaban antes de un te
quiero,
y que por algún motivo, odiabas
octubre para enamorarte.
Conocí Madrid en los rincones de tu
cama,
mientras anidabas entre mis brazos y te
dolían las sonrisas.
Compartiste tu afición por los
recuerdos, y me confesaste
que aun creías en finales de cuento y
príncipes grises.
Traté de prometerte futuros, y
ahogaste mis palabras con un beso.
Por alguna razón tú fuiste el
salvavidas y el naufragio,
la esperanza y la certeza de que pronto
acabaría.
Yo me limité a desearte en cada beso,
a conocerte,
a aprender los recovecos de tu cuerpo
al querernos.
Y la ciudad inhóspita que me acogía,
se hizo nuestra.
*Poema extraído de la actuación Se llamaba Pandora, y contenido en el poemario VerS.O.S.
3 comentarios:
Conquistar Madrid, y convertir un campo de batalla en un jardín de otoño.
Viva el amor.
Abrazos.
Piel de gallina.
Un abrazo.
No caben más emociones...Se desbordan...Y te desbordan al leerlo...
Un abrazo!
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