Instantes

Durante un instante olvido el mundo
que nos rodea.
El ruido que ensordece
o los inhumanos que habitan el mundo.

Olvido el silencio de nuestro enfado,
o que esta cena que pretendía ser perfecta
se terminó con el sordo llanto de cristales rotos.

Durante un instante,
mientras nuestra voces no pronuncian nada.
Mientras las palabras hieren y la cura aún está lejos,
repaso las canciones que te honran.

Durante ese instante interminable, doloroso, inseguro.
Te miro y pronuncio te quiero.
¿Qué otra cosa hubiera podido decir
si odio que termine la noche si no me regalas tus besos?

Escena final de Casablanca

Este adiós es quizá,
el momento más lejano de tus besos.
La interrogación que responde,
en silencio, a nuestras dudas.

El perderte sin tenerte, y encontrarte
–casual- en una simple mirada.
Tan sencillo, como darme cuenta del presente.
O escaparme de espaldas a tus brazos.

O llorar. O bajar la mirada.
Dejar congelado cualquier reproche.
Tan difícil como despedirme de ti.

Este adiós consumido, es casi eterno
y al final, siempre nos quedará París.