Piratas

Me dijiste que la vida sería

una aventura de aquellas en que Jack Sparrow

y sus hombres, vendrían

a rescatarnos de esta rutina incierta.


Beberíamos ron en cada puerto y soñaría con tu piel

imperfectamente tibia y con tus ojos,

mientras tú me lo pondrías difícil

y acabarías por ser esa pirata que me amaría a escondidas.


Que seríamos dos bucaneros alejándonos del norte

con cada pleamar,

y que los días sería siempre cortos, y las noches

me quemarían en el infierno de tus labios.


Pero parece que erraste en las promesas,

y que en lugar de corsarios, los sueños

se convirtieron en tablas de naufrago


y sogas en las que nos colgaría

el temible Lord Beckett resultaron

ser las cuerdas que sostuvieron el desastre

de buscar el mar en cada copa,


Y huir a puertos donde nunca

estuvieron nuestras bocas.

Preguntas con respuesta a media noche

Una vez me preguntaste cuanto tardaría

en dejar de admirar tu cuerpo,

mientras la ciudad se fundía

en aquella niebla que, según decías,

calaba el alma y nos dejaba,

algo más cansados y más viejos.


Yo apuraba la tarde y mi martini,

mirándote como si nuestra vida dependiese

de una palabra o un beso.

Como si nunca hubiéramos estado

ni más cerca ni más lejos

de perder el tren o de ganar el cielo.


Yo no tengo ni el secreto de los años,

ni la llave de quererte para siempre,

te dije.

Y a decir verdad, aun no me explico,

como te hago sonreír aunque sea de soslayo.


Y para serte sincero,

creo que esta noche el mundo

se resumirá en lo que ocurra

entre la cuenta y las escaleras del portal.

En esta jornada de reflexión...

... No paro de darle vueltas a aquella frase de Sabina que decía que teníamos “cenizas de revoluciones”. Pienso en ella porque quizá, viendo lo ciegos que estábamos, lo dóciles que éramos, no podías por menos que sentir eso, las cenizas de revoluciones pasadas, anacrónicas para algunos, olvidadas para muchos. Pero la mitología cuenta como el ave fénix renació de sus cenizas más fuerte, y sobre todo, vivo.

Nobody expect spanish revolution” rezaba el cartel de un anónimo con la careta de Guy Fawkes. Por que eso es lo que es este movimiento, Anónimo. Ahí radica su fuerza. No hay una figura a la que desprestigiar y calumniar. Ningún político o periodista a sueldo podrá decir que es una revolución manipulada por intereses partidistas. El Mayo Español ha estallado porque quien está en el poder creía controlar hasta aquellas personas a las que ha dejado, literalmente, sin nada. Todo estaba bien en ese espejismo en el que nos hacían dormir, en el que no nos dejaban soñar. Ahora, dice otro cartel: “Si no nos dejáis soñar, no os dejaremos dormir”. Porque se ha dado la vuelta a la tortilla, porque este día de reflexión es para los políticos y no para los ciudadanos, porque siempre queda “mucho mes al final del sueldo”. Jordi Évole decía que Sol sólo era el símbolo, porque en toda España, en muchas ciudades del mundo, la gente se ha levantado, como ayer hicieron en Egipto, en Túnez, en Libia, como siguen intentando en Siria. Islandia fue la primera que dijo NO al abuso y al gobierno de los mercados, yo no voto a Botín, pues entonces que no me gobierne. Yo no pago impuestos al BBVA para que este me ahogue en tasas desmedidas mientras se enriquece a costa de un pueblo olvidado hasta el extremo. Una frase atribuida a Ghandi dice «Primero te ignoran. Luego se ríen de ti. Después te atacan. Entonces ganas» . Y eso es lo que pasa, la llamada Spanish Revolution ha sido ignorada, ya que cuatro perroflautas en Sol no arman ruido, Luego se rieron los medios, después, intentaron desprestigiarlos y acusarlos de partidistas, manipular la información, pues ya no eran cuatro sino cuatro mil, y no sólo jóvenes, pues la revolución no tiene edad. Pero me temo que, en estos tiempos en los que una frase escrita en cualquier rincón de la red puede incendiar toda una ciudad, no hay nada que pueda desvirtuar lo que se trata de conseguir aquí: Una Democracia real, pues como decía Ismael Serrano:
Volveremos a tapar las calles
hasta que amanezca con futuro y versos.
Volveremos a ser libres, puros,
y tú me pondrás flores en el pelo

Porque esto no quedará en papel mojado, se recordará durante mucho tiempo, se estudiará en los libros de historia de nuestros hijos, y entonces, por las noches, cantarán aquella canción que ya no será de Gendarmes y fascistas, sino de ciudadanos que sueñan y actúan:


Papa cuéntame otra vez, ese cuento tan bonito,
de estudiantes y parados, ciudadanos olvidados,
y dulce revolución, en la que un pueblo dormido
despertó para ser oídos

Papá cuéntame otra vez todo lo que os divertisteis
estropeando la vejez de partidos oxidados
y cómo cantaste en Sol y ocupasteis cada plaza
en aquel mayo español en los días de vino y rosas. 
 
Papá cuéntame otra vez esa historia tan bonita
en la que el pueblo español, le ganó a la desidia
y cuya lucha por fin fue bandera de todo un pueblo
y como desde aquel día todo parece más bueno.

Papá cuéntame otra vez que tras tanta asamblea
y tras voz en alta y tantas noches en vela,
al final de la partida ganásteis la democracia
y bajo los adoquines si había arena de playa.


Fue muy dura la batalla: todo lo que se soñaba
en aquella revolución que dio pies a la esperanza
y ahora cantaremos ven, ya no hay miedo ahora hay alas
ya no tiene que llover pues está limpia la plaza.

Ha nacido otro mayo, queda cerca Solución,
que lejos queda Jean Paul Sartre, no tan lejos queda Madrid,
Sthépane Hessel, Labordeta, Saramago o Ghandi
las ostias nunca cayeron, todo eso lo viví.

Y recordaremos los muertos podridos de crueldad.
Ahora mueren en Libia los que morían en Bagdad.
Ahora mueren en Siria los que buscan Libertad,
Ahora muere Palestina, pero la luchá seguirá.

*adaptación de la canión de Ismael Serrano, "Papá cuéntame otra vez" 

Historias de bar

- Una vez conocí a un hombre que sólo quería amar...

- ¿Y ella lo merecía?

- Siempre lo merecen. Pero... digamos que aquella mujer podría haber sido la mujer perfecta. Ya me entiendes, esas mujeres que siempre te reciben con una sonrisa, con un abrazo que calme cualquier herida, o te dejan llegar a su alma y hacerles el amor recorriendo cada centímetro de su cuerpo.... Pero no lo fue. En realidad no había nacido para ello, o quizá él no fuese ese príncipe azul que la haría feliz.

- ¿Cómo se llamaba?

- Eso, en realidad, no importa mucho. Nunca llegué a saber su nombre, y dudo que la persona a la que besaba con dulzura pudiese acordarse. Ella apareció como aparecen las mejores historias, de repente, sin pretenderlo. Ya sabes, dos tipos solitarios bebiendo codo con codo en una barra demasiado vieja y cansada. Una barra que había soportado tantas soledades como brindis, y que parecía sufrir nuestros fantasmas.

Los dos la miramos mientras cortaba el humo del bar (eran tiempos en los que aun se permitía fumar en los bares y soñar con utopías). Pidió un Vodka, pero lo hizo como sólo saben hacerlo las mujeres que en algun rincón de su corazon amaron a alguien. Se encontraba a años luz de aquel bar, y sin embargo miró de soslayo hacia donde aquel tipo y yo callábamos lo que nunca debiese contarse.

- ¿Qué hizo después?

- Se acercó hacia nosotros, y por un segundo me vi frente a ella, besando sus cicatrices y llevándole el desayuno a la cama.

Sin embargo, no todas las historias de amor pueden pasarle a uno. Y ella parecía buscar refugio en otro cuerpo, me refiero al cuerpo del paisano que bebía Whisky a palo seco y fumaba Ducados.

- ¿Y que pasó?

- Que no todo el mundo puede luchar cuando todo esta perdido. Y aunque es mucho más valiente el caballero que lucha sabiendo que va a ser vencido, no todos tenemos los arrestos necesarios para salir al campo de batalla con la cabeza alta.

- ¿Y la quería?

Te diré una cosa. Cuando una mujer te quiere hasta el punto de hacerte sentir el soldado más valiente y el poeta más frágil al mismo tiempo, con esa calma y esa paz que sólo tienen las personas que saben que han encontrado eso que les llenará para toda la vida.

Cuando alguien te quiere así, es imposible no querer a esa persona con todos y cada uno de tus huesos.

Era un asesino. Era un nobel de la Paz

Que si, que era un asesino, el mayor enemigo de la paz mundial, el presidente, líder espiritual, maquinador, organizador, cerebro e idealista de un movimiento terrorista cuyo objetivo era la yihad menor, reinterpretada al gusto de una minoría islamista que ganaba adeptos a medida que el yankee intentaba extirpar el tumor a base de conquistas y guerras preventivas.

Era el mal reencarnado, adiestrado por los que de pronto se habían convertido en sus peores enemigos. Hijo de la CIA, conocedor del mundo del espionaje y sus cloacas, desestabilizador de cuantos regímenes había podido por orden oficiosa de los USA. Y sin embargo, les salió rana, y el hijastro islamista del tío Sam se dedicó a emplear el dinero estadounidense y todo lo que había aprendido de ellos contra quien le había adiestrado, dado de comer y azuzado a su conveniencia cuando era, efectivamente, de su conveniencia.

Era un asesino, no cabe duda, pero es que al otro lado se encontraba un Premio Nobel de la Paz, un icono de las libertades de un pueblo desgastado como las banderas que ondean en cada una de sus casas. Un pueblo ahogado en su propio patriotismo, en la heroicidad de guerras absurdas y de himnos trasnochados. Era el que iba a cerrar Guantánamo, no a mantenerlo e incluso alimentarlo con nueva sangre de la misma Meca. Era el que iba a dar un giro a aquel país imperialista, engrasar nuevas alianzas olvidadas, sellar la Paz en la que confiaron aquellos ingenuos noruegos.

Era una esperanza hoy perdida. Un sueño roto. La promesa incumplida. Y al final, a la hora de dar luz verde a la muerte a sangre fría de un ser humano, Terrorista y Nobel de la Paz no lo dudaron, ¿Qué diferencia había?


Recuerdos de tu piel

Aun me acuerdo de todas las tardes

en que tu cuerpo era frontera y pecado.

Un altar a un dios humanizado.

Las promesas de una noche en tu piel.


Y nos quemaba el mundo

en cada una de las banderas que rendimos.

Eramos eternos, como solo pueden serlo

las historias más simples.


Me acuerdo de cada uno de los cafés,

de los besos robados,

de tu piel moteada y de tus palabras:

Esto fue lo más maravilloso que me pasará en la vida,

pero tengo que irme.