Buenos Aires, a 15 de febrero de 2014

Querido Guille,

Ya me encuentro en Buenos Aires. El viaje fue indescriptible, quizá porque descubrí que me encuentro tan lejos de todo el mundo que me asusta no encontrar el camino de vuelta. Y al mismo tiempo, no puedo regresar porque no me siento completa. A veces pienso que nunca lo estaré.

Hay una cosa que nunca le he contado a nadie, y si te lo cuento ahora es porque empiezo a entender que puedes soportar todas mis mentiras sin derrumbarte. He tenido en mis manos muchos billetes para volver a casa. Cuando me dijiste que te marchabas de Madrid, compré un billete directo a tus brazos. Sin embargo, no pude dar ese paso, porque de haberlo hecho, creo que al final me hubiese arrepentido.

No puedo explicarte lo importante que eres, pero a la vez necesito tenerte cerca y lejos, y creo que no es justo lo que te pido, pero a menudo no puedo evitar pensar en que siempre estarás en todos los aeropuertos para recogerme con flores.

Sonríe,

Libertad.

París, a 4 de Febrero de 2014

Pequeña Libertad,


¿Has pensado que todos tenemos una ciudad que nos recuerda a alguien? París es una ciudad que se parece demasiado a ti. Todo el mundo cree que lo más característico de la ciudad es la torre Eiffel o cualquiera de sus maravillas. Pero no, me he perdido por los rincones más oscuros y olvidados, y entonces he comprobado que París son callejones olvidados y echarte de menos a muerte. Aquí la luces se apagan tan pronto, que no me da tiempo a buscarte en las librerías como la maga.


Maggie, una amiga de Mafalda, me ha encontrado un pequeño trabajo en un periódico. Al final vas a tener razón que conseguiré el sueño de ser escritor de utopías mientras todo se desmorona. Prometo intentarlo, aunque sólo sea para convencerme de que allí tampoco se encuentra mi futuro.


Supongo que en Palestina habrás encontrado más dolor del que esperabas. Alguna vez me contarás todos tus viajes, y espero que para entonces sólo nos separen las sábanas. Y si, esperaré porque sin ti sólo soy un barco amarrado a la orilla.




Cuídate mucho,


Guille.