Se llamaba Pandora (RECITAL)

Vivimos tiempos difíciles para el arte y para la cultura, condenada a muerte por unos gobernantes que, lejos de gobernar, se dedican a esquilmar un país herido. Sin embargo, las revoluciones empiezan por pequeños gestos, y a pesar de que todas terminan en cenizas olvidadas en las cunetas, ¿No merece la pena formar parte de una?

Quizá por eso nos unimos contra la desaparición de las letras, los acordes, las imágenes que hacen que un mal día se transforme en sonrisas. No fue difícil, si a tu lado tienes a una de las mejores fotógrafas, capaz de poner luz a mis poemas y a mi vida (Mar Argüello Arbe); si tienes la suerte de conocer por casualidad a dos inmensos relatistas que hacen que te sientas pequeño y a la vez grande a su lado ( Guillermo Pavón y Óscar Sejas); y a todo esto le añades la maravillosa carambola de que un Cantautor con mayúsculas (Jesús Garriga) adorne este propósito...



¿Todavía no te he dado suficientes motivos para unirte?



10 de febrero, La Cueva del Bolero (C/del Cid nº1)

#16 (Analogía complicada)




Soñando hasta siempres me olvide de un no me olvides
oxidado entre los pliegues de un quizá que sonaba a reproche.
Y nunca supe si tu adiós era el portazo a los renglones torcidos
de nuestra historia que acababa,
o el último punto de los suspensivos a todos nuestros besos entre líneas.

En cualquier caso, acabé siendo un cero a la izquierda en tus sumas,
y tú esa ecuación indescifrable.
Y así es imposible decir que hubo algo entre nosotros,
o sólo fue el ascensor que nunca consiguió llegar al postre.


*Fotografía titulada "Quizá" de Mar Argüello Arbe

Madrid, a 8 de enero de 2013




Pequeña Libertad,


No tengo mucho que decirte. Ayer volviste a meter tu ropa en la maleta, volviste a repasar el billete y te cercioraste de que hoy, al dar las doce, estarías de nuevo a demasiados kilómetros de distancia. Contigo han embarcado las esperanzas de retenerte a mi lado. Sé que podría coger lo poco que tengo y presentarme donde estuvieses, como un polizón, a ver si de una vez por todas esta historia consigue su final feliz. ¿qué me lo impide?


Hay veces que desearía ser algo más valiente para dejar atrás la infelicidad y este futuro en ruinas, pero no sé, quizá la próxima vez que vuelvas a visitarme puedas darme ese beso que me rescate del miedo y me lleve a tu lado para siempre. Mientras, sólo espero que estés bien, y que me extrañes.


Cuídate mucho,

Guille.