Financiación y soborno

Si bien es cierto que las autonomías en España es un tema escabroso que con seguridad acaba pasando factura a todo gobierno central, lo de Cataluña me suena más a un soborno estilo “El padrino” que a una solución a la financiación autonómica.

Sin embargo, resulta más preocupante la pasividad del resto de ciudadanos españoles ante esta muestra de favoritismo y extorsión. El vicepresidente Chaves, puesto ahí para suavizar la revuelta catalana, premia las ínfulas separatistas con más dinero, alegando que lo merecen. Y yo me pregunto el porqué. Será, quizá, por tener varios partidos bloqueando el parlamento nacional, o porque sus gentes gritan más fuerte que otras comunidades. O será porque en España el que no llora no mama, y así, cualquiera saca un real al negociador. En realidad creo que la culpa la tienen las comunidades como Castilla y León, que pudiendo votar a quien luche por no ser pisada, sigue votando a la misma inactividad desde hace demasiado tiempo. Y así, con indignos representantes en el cargo, estamos siendo cada vez más viejos y más invisibles.

Contradicciones necesarias

Cómo vamos a crear sueños o castillos en el aire.
Cómo habitaremos utopías e ideales.
Si a un niño se le enseña antes a odiar que amar.

Si sabe pegar mejor que besar.
Si aparece antes la envidia que la bondad.
La ley de querer más y no querer.

Y si en lugar de crear sueños o castillos en el aire.
Y si en lugar de utopías e ideales.
Nos dedicamos a tender puentes a la vida.

Y ya que estamos, a vivirla.

Siempre estuviste en el mismo sitio

Allí estabas con tu cansado desastre
Alejando de ti todo el rumor de noches sudadas
entre sábanas de cuartos sin ventanas.

Eras el contrapuesto de la fortuna
en un intento fallido de ganar un farol a la vida.
Y sin embargo, que quieres que te diga,
eras preciosa.

Un nido vacío de botellas con mensajes ocultos.
Auxilio con 50% de volumen.
Una hilvanante tempestad de los sentidos aturdidos
por el ruido de tabernas en tu ropa.
Y aun así, la vida consumida, eras eterna.

O quizá era yo el me movía,
y ahora te miraba desde otra mesa,
desde otros versos y cuerpos bañados en sudor.
Con el distante viento que nos devolvió a la realidad
que nunca quisimos.

La caza de inmigrantes

La nueva ley de inmigración contradice cualquier declaración de derechos humanos. Y viniendo de un gobierno socialista, también la ética, la ideología, y su propio programa político. No puede entenderse que hace unos años regularizasen la situación de los inmigrantes sin papeles y ahora, dos años después, les cacen por cupos.

Hemos retrocedido mucho, máxime cuando en España tenemos una deuda histórica con los mismos que vienen a trabajar y que, burocracia mediante, no pueden si quiera quedarse. No es demagogia barata hablar de los años en que emigrábamos en busca de un futuro a secas. Sin cualificación, ni medidas salariales ni contratos de origen. Pero el tiempo es caprichoso y la memoria selectiva, y ahora el gobierno desarrolla una ley que convertirá a aquellos que creemos en la solidaridad de los pueblos por encima de todo, en mero delincuentes. Y a aquellos que creen que el futuro puede cambiar, en presas de caza mayor.
Con el debido respeto, rectifiquen.

Noticias favorables y no tan favorables

Resulta curioso que en determinados medios los titulares acosen al gobierno, declarando su más que evidente desgaste por una crisis que (En España siempre somos diferentes) parece sólo ocurrir dentro de nuestras fronteras. Y digo esto porque la oposición, en su trabajo de quejarse, no parece entender que el gobierno no puede hacer nada por el derrumbe de Wall Street.

Lo más curioso es que estos mismo medio empeñados en que nuestro país está en una pandemia de hambruna por culpa de nuestros dirigentes, hacen oídos sordos a las tramas de corrupción, estafa, caciquismo y delitos varios que parece asediar al otro lado del hemisferio del congreso. Quizá, antes de pedir dimisiones en los responsables del paro, la economía o l lluvia ácida, podrían darse un paseo por la calle Génova a ver si hay alguien dispuesto a pensar, si quiera de refilón, en el futuro de España.

Su minuto de gloria

En España la política se mueve a través de titulares. De ahí que en este país haya peores políticos que publicistas. O quizá los políticos sean más publicistas que otra cosa. Y es difícil el arte de salir en un periódico, ser portada, ganarte tu papel en la triste historia social de infamias y desprestigios, y dormir bien por la noche.

Difícil conjugación que el peor de los dirigentes de nuestro país lo lleva como bandera. Y con esto no es de extrañar casos como el del Señor Fabra o Enrique Mújica (Defensor del pueblo) llamando a los antitaurinos palabras desafortunadas. O el caso de una iglesia en decadencia que usa la fuerza del dedo acusador como instrumento de manipulación social. Una lista que en otros países se corta de raíz, aquí se oculta bajo la alfombra de la cotidianeidad, enseñándonos a fuerza de años, que la justicia, además de ciega y sorda, es amiguísima del poder.

Sermones pasados y presentes

Que la iglesia es peligrosa es de sobra conocido. Con una larga lista de etcéteras se sitúa a la cabeza de las mayores barbaries en nombre de Dios. Que le gusta el poder tampoco nos coge de sorpresa, y se empeñan en demostrarlo jugando al juicio final en la tierra con cada sermón del Señor Ratzinger. Ni siquiera a un neófito en política se le puede escapar que la iglesia siempre ha cojeado de derechas cuando se mete a bucear –muy profundo- en las aguas de la política.

Debe ser que un ente institucional tan retrógrado como este sirve a unos intereses que los ciudadanos normales –es decir, racionales- no entienden. Y en medio de todo este revuelto de lazos blancos con ajillo, la derecha y la iglesia –a menudo juntas y revueltas- han decidido liarse la manta a la cabeza y asaltar, si en estos tiempos es posible, la bastilla de la moralidad humana. Poseedores de la verdad absoluta, y sin rival posible a los ojos de Dios, se empeñan en demostrar que la tierra es plana, el ser humano ignorante por naturaleza y los preservativos se fabrican 90% látez, 10%VIH. Digno del mejor Edgar Allan Poe.

70 años de silencio

Una de las cosas que más lamento de la educación que se recibe hoy en día en los colegios e institutos, es la falta de rigor histórico. Ese pacto de silencio heredado de un tiempo de inestabilidad y de esperanza frágil.

No es de extrañar que un joven no sepa los motivos del levantamiento militar que llevó a España a una dictadura. Pues son precisamente los partidarios del dictador quienes glorifican sus actos mientras que los republicanos callan para no desestabilizar. Seguimos reprimidos por un halo invisible de datos falsos de muertes equidistantes. Mientras ellos tienen el valle de los caídos, nosotros seguimos con la vergüenza de buscar en la tierra restos de nuestro pasado.

Sin embargo, La respuesta es clara. Llevamos 70 años sufriendo de recesión intelectual, quemando los valores del nuevo siglo. Matando a quienes hacían progresar esta tierra y quienes, fallecidos o en el exilio, sólo pudieron llorar por la España que se había ido. Y que, tristemente, aún no ha vuelto.

Lo que descubrí mientras te miraba en sueños

Empiezan las vacaciones, y yo tomo un tren hacia el norte para situarme a los pies de la montaña. Allí, donde le tiempo pasa frío y tranquilo. La calma. Y yo, mirando paisajes nevados, abrazado a tí como qien espera no volver a verte, me disolveré en tus caricias y besos.


Descubrí lo que valías con mirarte a los ojos,
Aunque tú te empeñaras en disimular
entre inseguridades.
Ahora sé que eres mi contradicción más fuerte.
El cristal irrompible; El delicado metal
La dura fragilidad en lo imposible; La vida
al verte caminar

Descubrí tus sueños al soñarte,
Y esa estúpida forma de hacerme perder
la vergüenza.
Tu compleja simpleza; Y a la vez ese
rompecabezas cuando te da por pensar
en espiral.

Descubrí tus desastres y los hice míos.
Y esa odiosa forma de provocar
-y hacerme perder el equilibrio-
cuando hay gente y no te puedo desnudar.

Descubrí tu risa ingenua y atrevida:
Acurrucada en el sofá, haciendo calculados gestos
para que te abrace.
Y yo –que siempre soñé con hacerte feliz-
besando los segundos a tu lado.

Descubrí que me sacas de quicio.
Y que pierdo la razón en tus labios y caricias.
Que eres el equilibrio que me rescata
De noches inmersas en alcohol y ruido.

Descubrí –y nunca me alegré más de ello-
que te necesito.
Hasta esa puta manía de hacerme cosquillas.
La guerra que le dimos por la noche a tu colchón


Os dejo un poema porque no volveré hasta dentro de una semana. Os deseo buenos días a todos y que disfrutéis. Nos vemos pronto.