Si bien es cierto que las autonomías en España es un tema escabroso que con seguridad acaba pasando factura a todo gobierno central, lo de Cataluña me suena más a un soborno estilo “El padrino” que a una solución a la financiación autonómica.
Sin embargo, resulta más preocupante la pasividad del resto de ciudadanos españoles ante esta muestra de favoritismo y extorsión. El vicepresidente Chaves, puesto ahí para suavizar la revuelta catalana, premia las ínfulas separatistas con más dinero, alegando que lo merecen. Y yo me pregunto el porqué. Será, quizá, por tener varios partidos bloqueando el parlamento nacional, o porque sus gentes gritan más fuerte que otras comunidades. O será porque en España el que no llora no mama, y así, cualquiera saca un real al negociador. En realidad creo que la culpa la tienen las comunidades como Castilla y León, que pudiendo votar a quien luche por no ser pisada, sigue votando a la misma inactividad desde hace demasiado tiempo. Y así, con indignos representantes en el cargo, estamos siendo cada vez más viejos y más invisibles.
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