La nueva ley de inmigración contradice cualquier declaración de derechos humanos. Y viniendo de un gobierno socialista, también la ética, la ideología, y su propio programa político. No puede entenderse que hace unos años regularizasen la situación de los inmigrantes sin papeles y ahora, dos años después, les cacen por cupos.
Hemos retrocedido mucho, máxime cuando en España tenemos una deuda histórica con los mismos que vienen a trabajar y que, burocracia mediante, no pueden si quiera quedarse. No es demagogia barata hablar de los años en que emigrábamos en busca de un futuro a secas. Sin cualificación, ni medidas salariales ni contratos de origen. Pero el tiempo es caprichoso y la memoria selectiva, y ahora el gobierno desarrolla una ley que convertirá a aquellos que creemos en la solidaridad de los pueblos por encima de todo, en mero delincuentes. Y a aquellos que creen que el futuro puede cambiar, en presas de caza mayor.
Con el debido respeto, rectifiquen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario