Querido Guille,
Te dije que no iba
a escribirte nunca una carta, así que supongo que esta es otra de
las promesas que incumplo contigo. Te escribo desde la Calle Chile de
San Telmo, dónde me he instalado para una larga temporada. Aquí el
mundo gira más despacio, como si todos hiciésemos un esfuerzo para
pararlo, o para evitar que nos arrolle con su inagotable falta de
tacto.
En cuanto a lo de
dejarlo todo y empezar de cero, te diré que uno siempre acaba
encontrándose en cada estación que para. No puedes huír de ti,
Guille, y no puedes buscar la salvación en cortar con todo y buscar
los nortes que no exísten. He leído en alguna parte que las mejores
historias de amor son las que se luchan día a día, el uno al lado
del otro. Dicho esto, creo que nuestra historia es un desastre
maravilloso.
Te mando todas las
fotos que he hecho pensando en tí, para que te sirvan de consuelo
hasta la próxima carta.
Sonríe,
Libertad.
p.d.1: No llegaré
para la fiesta de la primavera, es más, probablemente haya pasado
cuando recibas la carta. Pero volveré pronto a casa.
p.d.2: No esperes
que te escriba otra carta, supongo que esta la excepción a toda
regla. Puede que añorase tus chistes y tus malas ideas, o que te
echase de menos, y necesitaba que supieses de mi.
************************************************************************************************************
No
he podido resistirme, no incluir a Libertad en esta historia sería
como dejar demasiadas cosas a medias, como respirar con medio pulmón,
y conocer siempre una versión del la historia. Espero que este giro
os haya gustado tanto como a mi. El principio de esta historia se
puede ver pinchando aquí.
Todo
marcha viento en popa, y en breve anunciaré cosas
importantes.
Gracias
por estar ahí siempre.
Cuidaos
mucho.
p.d.:
Para los que no lo hayáis visto o leído, os recomiendo nuestro
primer recital junto a dos grandes de las letras, una fotógrafa
impresionante y un eterno de la música: Se
llamaba Pandora. Ahora con secuela...