Descripción


Me pidieron que te describiese como si te viese por primera vez,
y traté de recordar tu treinta y siete y tus maneras.
Aquellos ojos que cambiaban de color si me mirabas,
o tus suaves reproches porque no me tomase nada en serio.

Traté de explicarles que para ti el amor y los silencios
eran sinónimos,
y nunca habías rimado más de tres veces tus labios con los de nadie.
Que tenías miedo al miedo y amor por las alturas,
sobre todo cuando éstas venían a visitarte en sueños.

Incluso les hablé de las pecas que bañaban tu espalda,
de cómo mirabas de perfil cuando te enfadabas,
o de aquel gato que tuviste de pequeña.

Sé que eran detalles tan absurdos como pedirte que te quedaras
después del sexo. Pero había que intentarlo,
porque cuando me preguntaron por tu nombre sólo pude responderles
“creo que lloró al cerrar la puerta”.

6 comentarios:

Ehse dijo...

No hay mejor descripción de nosotros que nuestros actos. Especialmente aquellos que querríamos ocultar.

Un abrazo!

Noelia dijo...

Creo que Ehse lo ha dicho todo, no podías haber hecho mejor descripción de esa, y no por lo contado, sino por cómo transmites que sientes lo que no se esconde tras cada una de ellas

patapalo dijo...

Con pequeños detalles del recuerdo Puede crearse una radiografía del amor.

Me ha gustado :-)

Saludos.

Mónica PG dijo...

Quizá sea el tipo de descripción que algún día todos soñamos con hacer...y todos deseamos que nos hicieran.

Vértigo dijo...

Ya sabes, siempre un placer leerte.

Catadora de sabores dijo...

y es que, describir, muchas veces es resentir.
Como recordar, pero con palabras.
:)
besazo.