Escena final de Casablanca

Este adiós es quizá,
el momento más lejano de tus besos.
La interrogación que responde,
en silencio, a nuestras dudas.

El perderte sin tenerte, y encontrarte
–casual- en una simple mirada.
Tan sencillo, como darme cuenta del presente.
O escaparme de espaldas a tus brazos.

O llorar. O bajar la mirada.
Dejar congelado cualquier reproche.
Tan difícil como despedirme de ti.

Este adiós consumido, es casi eterno
y al final, siempre nos quedará París.

7 comentarios:

iliamehoy dijo...

Que ese momento tan lejano entre un adiós y sus besos, sepa transformarse en el puente que te acerque de nuevo a sus labios, a recibir de cara sus abrazos.
Una sonrisa

Rodolfo Serrano dijo...

"O escaparme de espaldas a tus brazos"
Bieeeen!

Nestor Ruiz dijo...

Alguna vez escribi aquello de besemonos como sabemos...coso si a nosotros, no nos quedara París...
He estado un ratito en el blog y me ha gustado lo que he visto, asi que te seguiré a partir de ahora.

Un saludo

virgi dijo...

¡Qué bonito! Siempre nos quedará algo, espero. Si no es París, que sea una sonrisa, una manera de andar, una frase, un gesto...

Laura dijo...

Suena a despedida de esas que dejan un sabor entre dulce y amargo. De esas despedidas que sabes con certeza que se producirán en ocasiones venideras, en futuros viajes, en promesas que tus labios y los de ella todavía tienen pendiente hacerse.

Un saludo

Lucina dijo...

Cada vez, versos más exquisitos.
Beso

My dijo...

si que es cierto.. los adioses.. son eternos........... tan eternos que hacer recordar a veces, las cosas para siempre.

me encantan tus versos.
tienes algo especial.

un abrazo grande.