Era un asesino. Era un nobel de la Paz

Que si, que era un asesino, el mayor enemigo de la paz mundial, el presidente, líder espiritual, maquinador, organizador, cerebro e idealista de un movimiento terrorista cuyo objetivo era la yihad menor, reinterpretada al gusto de una minoría islamista que ganaba adeptos a medida que el yankee intentaba extirpar el tumor a base de conquistas y guerras preventivas.

Era el mal reencarnado, adiestrado por los que de pronto se habían convertido en sus peores enemigos. Hijo de la CIA, conocedor del mundo del espionaje y sus cloacas, desestabilizador de cuantos regímenes había podido por orden oficiosa de los USA. Y sin embargo, les salió rana, y el hijastro islamista del tío Sam se dedicó a emplear el dinero estadounidense y todo lo que había aprendido de ellos contra quien le había adiestrado, dado de comer y azuzado a su conveniencia cuando era, efectivamente, de su conveniencia.

Era un asesino, no cabe duda, pero es que al otro lado se encontraba un Premio Nobel de la Paz, un icono de las libertades de un pueblo desgastado como las banderas que ondean en cada una de sus casas. Un pueblo ahogado en su propio patriotismo, en la heroicidad de guerras absurdas y de himnos trasnochados. Era el que iba a cerrar Guantánamo, no a mantenerlo e incluso alimentarlo con nueva sangre de la misma Meca. Era el que iba a dar un giro a aquel país imperialista, engrasar nuevas alianzas olvidadas, sellar la Paz en la que confiaron aquellos ingenuos noruegos.

Era una esperanza hoy perdida. Un sueño roto. La promesa incumplida. Y al final, a la hora de dar luz verde a la muerte a sangre fría de un ser humano, Terrorista y Nobel de la Paz no lo dudaron, ¿Qué diferencia había?


11 comentarios:

Roxana dijo...

Que bien dicho Ladrón, no hay diferencia, quien mata es un asesino no hay tintas medias y esto no me gusta como se está barajando, el ser humano es un ser pensante y eso debemos hacer reflexionar y no aceptar lo que vemos ante nuestros ojos, no quiero que me impongan un asesinato como algo justo, tanto de un lado como el del otro.
Siempre veo lo que está en la "mesilla".Te sigo.Un saludo grande.

Anónimo dijo...

Pero a ver ladrón que primero acá nadie mató a nadie o mejor dicho...ambos mataron a muchos y del Bin Laden no hay dudas de que era o es un asesino.
Pero que Obama mata a diario en guantanmo, en Cuba, en el mundo pero a Osma dudalo, dudalo mucho.
Tu te crees que van a matar a un integrante de una familia tan poderosa con la cual tienen intereses económicos? tu te lo crees?
Por otra parte...por qué se le da tanto peso a los premios nobel? por qué los toman como algo tan veridico?
Los premios nobel no escapan a la realidad.
Quien te dice que no estuvo areglado de que gane para que la gente lo viera con mejores ojos cuando fuera impuesto como próximo presidente de una potencia...
porque es que vamos, te puedes no saber el presidente de Bolivia pero cada elección de USA te la comes a por culo.
Que iba a cerrar guantamo? claro sí, si la "cerraba" o la "cierra" seguirá de forma encubierta y ahí tenés tu guantanamo cerrado...

No sé, son muchas cosas, me niego a creer que alguien pueda llegar a pensar que Obama fue elegido democráticamente y no que fue impuesto para continuar con lo que a una minoría le conviene.
Pero claro, como es negro, es bueno.
No es que lo metieron porque cada vez que aparecía la figura de Bush el mundo rumoreaba porque ya no era bien visto...y metieron a un negrito paicifista...nooo que va

En fin que me extendí un poco

un abrazo

Vértigo dijo...

no hay diferencia.

Luis Cano Ruiz dijo...

El problema no es que la muerte de BinLaden sea verdadera o falsa, el problema es que la comunidad internacional ha aplaudido una acción antijurídica de un país que ha violado tratados internacionales, soberanías, cometiendo asesinato con total impunidad y odio hacia todo lo musulmán, islámico, etc.

Por otro lado, el premio Nobel, tienes razón. Es sólo un premio. Pero durante años este premio ha sido otroagado a gente como Albert Lutuli, Martin Luther King, El XIV Dalái Lama (Tenzin Gyatso), Rigoberta Menchú, Nelson Mandela, Yasir Arafat o Kofi Annan. Toda esta gente debe sentir vergüenza de un premio que se otorga con tanta ligereza a quien se mueve por venganza como medio de conseguir un mundo mejor. Y nunca el fin pudo justficar los medios.

Creo que yo también me he excedido un poco.

Gracias Sur por alimentar el debate y el blog. Crecemos un poco con ello.

Anónimo dijo...

Hombre, ahora que te leo...lo mismo me desvie un poco del tema de tu texto....será por el amor que le proceso a USA.Perdón.

Yo creo que los dos pensamos igual sobre éste tema...lo que sucede es que son muchas cosas no bonitas las que suceden en éste mundo y por ahí cada uno descargó para un lado...
Y bueno sí, vale,tal vez me vine a descargar a tu blog...


un abrazo

mikaela dijo...

Alto y claro.

Como eres, en definitiva.

Respetos, Ladrón.

mikaela dijo...

Por cierto, creo que el Nobel de Obama lo concedió la sociedad sueca, no como reconocimiento de lo hecho sino por la esperanza de lo que "haría"... o eso me han dicho :)

Lucina dijo...

tu compromiso y claridad es atrapante.

gracias por compartir tan sentido escrito.

un beso

saudade dijo...

Totalmente de acuerdo contigo.
EEUU necesitaba un héroe, creo que ese fue el motivo de que le dieran el premio. Todo el mundo pintó a Obama como lo que es difícil que exista en estos días, un héroe político, y la gente necesitaba creer. Demasiado dolor llevaban. Y cuando eso ocurre, cuando faltan fuerzas, sólo hace falta que aparezca alguien que diga 'Yo me ocupo' para que la gente aplauda. Y eso ha pasado.
Respecto a la muerte de ese ser humano (pese a quien le pese, lo es), estoy de acuerdo contigo. Se le condenó y odió por las numerosas vidas sobre las que él decidió sin ningún tipo de derecho, y ahora EEUU ha decidido sobre su vida. Ha hecho, en muchísima menor escala, lo que hizo Osama Bin Laden. Decidir sobre la vida de un ser humano. Condenables los dos casos.
Una pena que la gente siga aplaudiendo. Al resto nos sigue quedando la esperanza de alguien que no nos tome por estúpidos.
Un abracísimo para ti :)

Historias entre Fogones dijo...

El poder no engrandece el alma sino que minimiza la calidad humana porque el mantenerse en el poder es sinónimo de jugar un determinado juego con reglas muy precisas y perfectamente estudiadas. La realidad es que ocupar el trono y portar el cetro del país más poderoso del mundo occidental, sin lugar a dudas ha transformado al más valiente soñador en un cobarde y prioriza otras capacidades rompiendo sueños.

Laura dijo...

No puedo estar más de acuerdo. Y qué rabia me da decir que ya dije que yo que no nos podíamos fiar tan rápido, tan alegremente y tan a ciegas.

Un saludo.