Madrid, a 8 de enero de 2013




Pequeña Libertad,


No tengo mucho que decirte. Ayer volviste a meter tu ropa en la maleta, volviste a repasar el billete y te cercioraste de que hoy, al dar las doce, estarías de nuevo a demasiados kilómetros de distancia. Contigo han embarcado las esperanzas de retenerte a mi lado. Sé que podría coger lo poco que tengo y presentarme donde estuvieses, como un polizón, a ver si de una vez por todas esta historia consigue su final feliz. ¿qué me lo impide?


Hay veces que desearía ser algo más valiente para dejar atrás la infelicidad y este futuro en ruinas, pero no sé, quizá la próxima vez que vuelvas a visitarme puedas darme ese beso que me rescate del miedo y me lleve a tu lado para siempre. Mientras, sólo espero que estés bien, y que me extrañes.


Cuídate mucho,

Guille.

3 comentarios:

Sofya dijo...

Bonnita carta Ladrón de Guevara...No todo el mundo se atreve a dedicarle unas letras a la libertad...No todo el mundo sabe o es consciente de que la tiene lejos...
Un abrazo

Óscar Sejas dijo...

Creo que el día de Nochevieja sentí algo parecido a lo que Guille cuenta en esta carta, pero yo no lo escribí en ningún sitio.

Supongo que por esa capacidad tuya de conseguir que el lector pueda hacer suyo lo que lee juntaría todas tus cartas y las recopilaría en un libro que se llamara "Pequeña Libertad".

Me reservo el puesto de editarlo para cuando funde mi propio y modesto sello editorial.

Un abrazo.

Ehse dijo...

En las cartas a Libertad se me queda esa sensación de extraña paradoja en la que ella es demasiado libre como para que nadie esté con ella. Es precisamente su inaccesibilidad la que la convierte en algo tan atractivo. Me recuerda en parte a cierta chica sobre la que hemos estado escribiendo últimamente ;)

Un abrazo!